LOS CRISTIANOS HAN SIDO ARRANCADOS POR CRISTO, CON LA FUERZA DE SU ESPÍRITU Y EN VIRTUD DE SU MUERTE Y DE SU RESURRECCIÓN, DEL REINO DEL MALIGNO, DEL PECADO, DE LA DESTRUCCIÓN Y DE LA MUERTE Y LLEVADOS AL REINO DE DIOS DEL AMOR Y DE LA FELICIDAD ETERNA.
Cristo fue enviado por Dios para pasarnos al Reino de Dios, introduciéndonos en su familia, por medio de la iglesia, y así librarnos para siempre del reino el mal y de la muerte.
Jesús, por virtud de su muerte y resurrección pasa al creyente del reino del mal al Reino de Dios, al darles el poder espiritual de Dios, que es la nueva vida del Espíritu Santo. Son cambiados en su modo de vivir personal y comunitario.
Efesios 2. 1-10.
Colosenses 3. 5-17.
1 Tesalonisenses 4. 1-12.
1 Timoteo 5. 1 al 6.2.