LOS CRISTIANOS SON HIJOS DE DIOS, HERMANOS DE JESÚS, TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO, DUEÑOS DEL MUNDO Y CONSTRUCTORES DE LA HISTORIA.
Los cristianos, porque Cristo les ha participado de su Espíritu y los ha introducido en la familia divina, tienen la vida de Dios en su corazón y, por tanto, son hijos adoptivos del Padre y hermanos de Jesús.
Porque el Espíritu Santo habita en ellos, son templos vivos de Dios.
El Padre, el hijo y el Espíritu Santo tienen su morada en ellos.
Porque tienen la fuerza y el dinamismo del Espíritu Santo no caen en el pecado, venciendo el dolor, el sufrimiento, el ambiente malsano, los problemas, las enfermedades, y la muerte.
Hacen pasar la historia de la familia, del barrio, de la patria, del mundo, por donde quiere Dios, porque son constructores de la historia y no la sufren pasivamente ni con resignación.
Juan 1, 1-18.
Juan 8, 34-35.
Juan 14, 23.
Romanos 8, 14-17.
1 Juan 3, 4-10.
l Corintios 6, 12-20.
1 Pedro 2, 1-10.
Efesios 2, 11-22.